jueves, 2 de agosto de 2007

Floriego de las Aberraciones (IV)

Circula un escrito en la red que hace referencia a un estudio que demostraba la saludable influencia para el varón de la contemplación detenida de unos pechos femeninos. Jugaba con el título del refrán anglosajón que viene a decir que "una manzana al día mantiene alejado al doctor". En este caso "un vistazo al día, mantiene alejado al doctor".

Y ese vistazo hace especial referencia a lo saludable que para el hombre resulta mirar el pecho femenino. Según el supuesto estudio, una mirada a los pechos de las mujeres es tan saludable como media hora en el gimnasio y reduce la presión sanguínea, lo que supone menor cantidad de enfermedades cardíacas y pulsos más lentos. Así el realizar esta actividad por pocos minutos al día, reduce el riego de ataques y paros cardíacos a la mitad. Concluyen que mirando detenidamente pechos femeninos regularmente, el hombre promedio puede extender su vida de cuatro a cinco años. La clave esta en que la excitación sexual hace que el corazón se acelere y mejore la circulación de la sangre.

En el supuesto estudio, no se hace referencia a qué activa el corazón de las mujeres. Ellas también tienen su corazoncito que, al igual que en los hombres se dispara ante un jugoso estimulo sexual. Me viene a la menoría el anuncio, de mi hermano anunciando una marca de refrescos, que tan buen partido le sacaba al asunto, mostrando un esplendido torso desnudo que era contemplado con ardor por libidinosas ejecutivas.

Tampoco se me enfanden Manolo o Antonio, ¿y qué pasa con los homosexuales?, a los que unos pechos femeninos no les dicen nada, pero pueden encender la chispa atisbando un buen paquete o un buen culo (también para muchos hombres heteros, el culo femenino nos es un buen reclamo). En fin, que para gustos colores, lo que queda claro, obviamente, es que el sentido de la vista enciende circuitos de excitación sexual.

En esta época estival, el calor invita a ir ligeros de ropa. Ligereza que fácilmente deviene en amplia exposición cotidiana de estímulos eróticos. Bien sabido es que el desnudo total, pasado su posible impacto inicial, ofrece menos poder de atracción que un adecuado semidesnudo que suscita el ansia de ver más… El apetito de ver no se sacia, y el voyeur que llevamos dentro tiene ahora su veda abierta.

2 comentarios:

Eme dijo...

najajajajajja
tú y tus estudios....
Al final ser juez no va a estar tan mal no?

La próxima vez que te vea más te vale mirarme a los ojos eh!! ;).

Yakel dijo...

Ummmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm

Lo siento, pero como siempre cuando hable contigo, lo siento mucho pero no te miraré a los ojos, tengo una pequeña (gran manía con eso.......y donde miro yo).

Y sí, yo y mis estudios.

Besos