jueves, 23 de agosto de 2007

Paraisos Perdidos


Echaría de menos un hogar, si alguna vez lo hubiera tenido. Lo único que echo de menos son tus brazos y esta vida a menudo parece inerte, solo la noto en el dolor de tu ausencia en la que muero cada día un poco mas.


No dejo de hacer las maletas, de un lado al otro, como si alguien me estuviera esperando. Sin embargo, tu ya no me esperas. Te lo preguntaría en lugar de afirmarlo, pero es que verás, no encuentro los signos de interrogación.


Este ordenador todo lo sabe, no pregunta, contesta y quizás es el momento para preguntarle todo lo que por las noches martillea. Eso y donde cojones esta la letra esa que es como una n pero con una ola en su cabeza.


Anoche me dormí llorando. De emoción, no de pena. Las emociones me recorren como la sangre o el aire que entra por mis pulmones, recordándome, como tu ausencia, que, a veces muy a mi pesar, estoy vivo.


Me has enseñado a ser feliz y ahora solo tengo que seguir los pasos que me has marcado. El problema es que soy muy propenso a abrir caminos donde no los hay, a huir por caminos alternativos y dificiles y mi mayor miedo es tener que luchar conmigo mismo porque de veras que no me querría como enemigo.


No me doy por vencido a menos que la causa no lo merezca. Pero he descubierto la mejor receta para pasar inadvertido. Desnudate. Y todo el mundo dejara de mirarte para hacer creer que el también es un espíritu desnudo, o simplemente harás que se averguence de todas sus mascaras.


Me estoy purificando, con el agua que recorre mi piel, en cascadas, en torrente, en hilos de agua, o en lluvia invertida. Agua y sexo como mejor medicina. Pasión desmedida que me quema formando vapor con tu saliva. No me detengo, no pienso salvarme. Que me encuentre la muerte donde quiera, pero te aseguro que tendrá que correr para alcanzarme.

No hay comentarios: