lunes, 22 de enero de 2007

La Ternura del Alacrán (VI)

Ella sonreía, y sentí que me condenaría por aquella sonrisa.
-¿Por qué yo? ¿Por qué no buscaste en el otro bando?,
entre los que ganan........
-Porque la lucidez no venció jamás.
Y nunca mereció la pena seducir a un imbecil.



Me besó despacio, con infinita dulzura.
Sentí como si hubiera esperado una eternidad por ese beso.
- Para hacer un angel, se necesita un diablo.........

sábado, 20 de enero de 2007

Un Opositor en vida (VI)

Cobardía.

Es una palabra, dura, sobre la que llevo reflexionando estos días merced una conversación de café. Es difícil mostrar ideas con claridad en una época en la que debería estar estudiando catorce horas, he dicho bien, debería, puesto que no lo cumplo. Tal vez esa sea una forma de cobardía, la de afrontar de una manera deficiente el examen que puede determinar mi vida en los próximos años. Un vestigio del síndrome de Peter Pan que dicen tan común hoy día.

Pero la cobardía no es sólo eso, posiblemente también implique el hecho de conservar una postura cómoda ante posibles riesgos, preferir tener algo por poco que sea antes de arriesgarse a conseguir..............quien sabe qué.

Puede que se pueda referir también a esos silencios que esconden reproches. A no atreverse a decir lo que se piensa, lo que se siente. Preferir ahogarse en una postura de victimismo con el afán de quien sabe si llamar la atención, o sólo simplemente sufrir.

Tal vez la cobardía sea mucho más, descanse en la esperanza de que cambien la cosas, en el conformismo, en el ya lo haré mañana, en buscar el mejor momento. En ser eso que se "estila" tanto hoy día de ser "políticamente correcto".

Temo haber mirado demasiado dentro de mí. Haberme cerciorado de que en ocasiones yo soy fiel cumplidor de lo antedicho. Creo haberme conocido algo mejor. Pero también he descubierto varias cosas; habiendo pasado ya el cuarto de siglo tengo poco que perder y mucho que ganar. Como sugieren, me encanta la dialéctica, ser como dice una buena amiga "encantadormente insoportable". Pecar de inconformista, pensar en que las verdades que se nos cuentan no son inmutables, por muy amigos que sean los que las cuenten.

He encontrado mi vocación de "mosca cojonera", de ignorante que busca la cura, de ser humano.

viernes, 19 de enero de 2007

Alter Ego (II)



Yo manejo la misma Oscuridad, no meras sombras

martes, 16 de enero de 2007

Un Opositor en vida (V)

No he podido evitarlo, hoy me están obligando a ver House, incluso en el café de antes de la cena, me han hablado de House, y he recordado esta historia sita en el Blog de Eme. No es mía, pero me encantó. Y con ella, me posiciono en el escaso grupo de los anti-House, por lo simple que me parece esta serie. Ahí va:

Una sinopsis de un capítulo cualquiera de House
(Unos desconocidos están haciendo alguna chorrada)
- Pues la Mari me regaló una pulsera de plata que…. aghhh…
- Churri, ¿Estás bien?
- ¡Cof cof whaghh!
- ¡¡¡Churri!!!
- ¡Cuack!
- ¡Dios mío! ¡Que alguien me ayude!
TUUUUUUN
TIIIINNNNNN……….
Ti Tiiiruuuriiiiiiiru… Ti Tiiiruuuriiiiiiiru…….
¡¡¡DOCTOOOR… HOUSE!!! (House y el Neurólogo Negro (”H” y “NN”) caminan por un pasillo del hospital. House se trinca un puñao de pastis):
- Neurólogo Negro: La paciente sufrió una reacción alérgica a las aminotopotasas calciformes de sus calcetines.
- House: ¿El TAC mostró niveles altos de churriminoácidos?.
- NN: No, y los torrínidos están en 14 miligramos por kilo.
- H: Que le hagan una cojoscopia a ver si muestra signos de ostetitación.
- NN: ¿Insinúas que tiene chungopatitis? Sólo hay un caso entre un millón, no tiene sentido…. cortisona y “pacasa”.
- H: ¿Ah no? entonces…. ¿Por qué se rasca la oreja izquierda?.
- NN: ?¿?¿?¿?¿?¿?¿¿??
- H: Que le hagan los análisis. (House se trinca un puñao de pastis, se las ingenia para no pasar consulta, y de paso nos enseña algo mas de la vida…. y después…)
- Churri: No me encuentro b… cof cof aghhhhh!
- NN: Sufre una parada cardiorrespiratoria!! ¡¡20 miligramos de tritopotasa!!
- Marido de la churri: ¡¡Mi mujer se muere!! ¡¡¡Hagan algo!!! (La entuban, la electrocutan, y le salvan la vida. House se trinca un puñao de pastis. Él y su equipo discuten en una sala con una pizarra de rotuladores. De cada frase entiendes una o dos palabras: conjunciones y pronombres.)
- Tia Buena Empollona (TBE) : Ha reaccionado a los esteroides, no puede ser una alergia común.
- H: ¡Muy bien! ¿Te has dado cuenta tú solita?
- TBE: /mode_miradasesina ON
- H: Bien, yo tengo razón, tiene chungopatitis. Hay que ponerle lejía en vena
- TODOS: ¡Pero qué dices! ¡Si no tiene chungoloquesea podrías matarla! blahblahblah
- H: Aquímandoyouuuuuuu
(Le aplican el tratamiento y la paciente se pone a morir otra vez, la entuban, la electrocutan, y la salvan….)
- H: Vale, no era chungopatitis (House se trinca un puñao de pastis. Luego, decide que hay que allanar la casa del paciente y, de paso, cambiarle la medicación por otra de alguna enfermedad que como máximo aparezca una vez entre 1 millón)
Alguno o algunos miembros del equipo de House (tenemos una Tía Buena Empollona, un Neurólogo Negro y un Australiano Pijo –AP–) allanan la casa, plagian la escena de recogida de pruebas de CSI y, cuando no encuentran nada (porque no tienen cojo-zoom™), hacen alguna chorrada como comerse algo de la nevera o cepillar al perro del paciente… ) (De vuelta en el hospital. House se trinca un puñao de pastis.)
-House: ¡¡¡Hacedle una punción lumbar!!!
-TBE: Pero, es demasiado peligroso, podriamos desencadenar una…
-House: ¡¡¡Hacedle una punción lumbar!!!
-AP:La punción lumbar no está indicada en…
-House: ¡¡¡Hacedle una punción lumbar!!!
-N.N: ¡¡¡Pero si no tiene médula!!!
-House: ¡¡¡¡HE DICHO QUE LE HAGÁIS UNA PUNCIÓN LUMBAR!!!!(En algún momento también hay escenita de laboratorio con interesantísimas pipetas y frascos, ¡Bieeeeen! )
- Churri: Memueromáaaaas……
-¡Dadme un tubo y una bolsa de aire! A un lado que voy…zzZZZzztTTTTttztttztz… y… le salvan la vida)
- Jefa Buenorra del Hospital: ¡La paciente se ha puesto verde!, ¡Os la vais a cargar!, ¡¡House es un incompetente!! (aunque siento una terrible admiración y aprecio de verdadera amiga hacia él, así que no haré nada) .(House se trinca un puñao de pastis. Luego pasa consulta y se ríe de sus pacientes… Luego, reflexiona en la terraza y el Oncólogo Ligón (OL) le da una lección moral de valores. House le recuerda que le pone los cuernos a su mujer, y el OL le dice “sí, pero tú estás solo y amargado, chincha, chincha”, y House le dice una bordería pero en el fondo piensa sobre ello y pone cara de pena. Posteriormente veremos a House trincando pastis mientras golpea una pelota contra la pared con una mano y juega con un yoyó en la otra. De fondo, una telenovela con médicos como protagonistas). (Vuelven a la sala de la pizarra. House se trinca un puñao de pastis.)
- NN: La última chorrada que le pusimos casi la mata.
- H: Porque no tiene eso que nos inventamos… ¿Qué puede ser….?.
- NN: Oye, siempre que nos quedamos sin ideas suelo decir que…
- TODOS: ¡¡¡QUE NO!!! ¡¡¡QUE NO ES LUPUS, COHONE!!!(House se trinca un puñado de pastis, pone su ojo a 15 mm de la cámara, le pega a algo con el bastón y se vuelve de espaldas a la pizarra).
- H: A ver, que no se me ocurre nada, DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
- TODOS: ¡¡HURRA!! ¡¡Creíamos que no lo ibas a decir nunca!!(House se queda mirando una polilla que revolotea en una lámpara con forma de yin-yan… y, en ese momento, un búho sale de una ratonera y se come la polilla, lo cual parece dejar a House absorto en una tremenda revelación, que le incita a trincarse un puñao de pastis).
- H: ¿Cómo pude pasarlo por alto? ¡Se rasca la oreja izquierda! ¡Todo cuadra!. ¡¡Tiene el Mal Infernal de Howkinson™!!
- TODOS: ¡¡¡HALAAAAA!!! ¡¡¡SOBRAOOOO!!! Es 1/2 caso en un trillón de muchillones!!! (pero conocemos la afección porque el saber no ocupa lugar, sobre todo si tienes guión).
- H: Australiano Pijo (AP)… cuando estuviste en casa de la paciente, ¿No dijiste que te lavaste los dientes con su cepillo de madera?
- AP: Si, ¿y?
- H: Y, ¿Te parece eso normal??
- TBE: Los cepillos de madera acumulan ácaros que pueden actuar de desencadenantes del Mal Infernal de Howkinson™ y blah blah….
- H: ¡Muy bien, Tía Buena Empollona! Por eso te contraté… ¡y porque estás buena, claro!
- NN: ¿¡¿¡¿PERO ESTÁIS TODOS LOCOS?!?!? ¡Cómo va a tener eso! ¡Si ni siquiera existe! ¡Y además no puede ser que haya información de una cosa que solo he ha pasado a un tío en toda la historia de la medicina!. ¿Es que soy el único que no ha perdido la cabeza??
- AP: Bueno… yo de pequeño estudiaba seminario pero dios me abandonó y desde entonces…..
- NN:¿?¿??¿?¿?¿??
- H: Tengo razón y todos vosotros sois una bosta. (Resulta que, como siempre, al cuarto intento House tenía razón, aunque era totalmente imposible, y el paciente se salva)
- NN: No me puedo creer que tuviera razón otra vez.
- TBE: Es mi héroe
- AP: ¿Os dais cuenta de que todos los médicos excepto House somos unos incompetentes, y que si no fuera por él se nos habrían muerto todos los pacientes de la serie?
- NN: sí tío, y no veas como me joroba….
- TBE: En realidad es un hombre maravilloso que tiene taaaanto que enseñarnos……
- LOS DOS: (Zorra….)
De noche, en su casa, House suelta el bastón, intenta andar y se esnafra contra el pico de la mesa. Luego se pone a tocar el piano. La cámara se aleja…
TUUUUUUN TIIIINNNNNN……….
Ti Tiiiruuuriiiiiiiru…Ti Tiiiruuuriiiiiiiru…….
(fundido en negro)

Simplemente, cojonudo.

Alter Ego


Sir Mador de la Port
La verdad.
El honor.
La lealtad.
La entrega.
La razón.
No siempre son suficientes. Moriré por ello.

viernes, 12 de enero de 2007

La Ternura del Alacrán (V)

Hace ya varios días que tenía abandonado este pequeño apartado de mi mente. Los motivos se pueden concentrar en uno sólo, ella, sea cual sea su nombre, en todo este tiempo ya no ocupaba mis sueños. Pero de nuevo, anoche vino a mi encuentro.

La llave giró en la cerradura, el pestillo quedó bien echado a juzgar por el chasquido metálico. Estos gestos tan comunes confirmaron que la noche había llegado. Un hombre de método, al menos así me creo, repetir los mismos gestos en mismas rutinas confiere aplomo, seguridad, una estabilidad tan preciada en el día de hoy. Bendita ignorancia, deseada estupidez.

Quedan apenas un par de minutos para cambiar de día y todo sigue igual. Algunos dirán que lo he intentado todo (aunque es falso). Otros, que lo que tiene que ser será, y que es inútil luchar por cambiarlo (me temo que no creo tanto en el destino como para resignarme).

Al girarme como en un cambio de plazo cinematográfico, el cuadro de visión se desplazó primero desde abajo hasta centrarse, en ella, estaba en el centro de la habitación, mirando con un aire entre preocupado y curioso, o tal vez simplemente sonreía despectiva.

Apagué la luz. La lluvia se dejaba sentir tras la persiana bajada anunciando una húmeda noche. En la habitación, sentado al borde de la cama trataba de adivinar las formas en la penumbra entre las sábanas. Acaricié la almohada en busca de un cabello que ya no estaba allí. Ella es una de mis espinas.

Me levanté despacio de la cama, para no despertar al fantasma. Abrí la ventana para sentir el calor agobiante, mientras la lluvia mojaba mi rostro, como buscando la luz de un faro que me alumbrara el camino en esa larga noche.

Te conozco, sé que estás ahí en alguna parte, en un rincón oscuro de mi memoria. Estoy seguro que hace tiempo conocí alguien como tú.

Pero ya que has venido aquí haciendo preguntas ahora no puedes decir que te alejas y eludir el resto de respuestas. Ya que has curioseado en la vida de todo el mundo, puedes completar la mía.

¿Qué siento?, ante esa pregunta sólo puedo responder que, el infinito miedo de sentirme al borde del abismo. Mi razón me invita a tranquilizarme; quiero ver el mundo, y me asusta mirar, ante lo que puedo encontrar bajo mis pies. Pero me has presionado mucho, como nunca nadie en mi vida. Tus argumentos; prematuramente, mal momento en mi vida, instante de aclarar ideas y sentimientos, todo excusas por no afrontar la verdad.De un modo u otro, eso ya no cambiará nada. ¿Y yo...?, porqué me has contado todo, cual era tú objeto en todo este juego, porqué me has acercado, luego me has alejado, has usado indiferencia, cordialidad, ¿por qué?.....................

Puede que tratases de ganarme para tu causa, o simplemente infringir una nueva y más retorcida ofensa a mi ego, también podría tratarse de todas esas cosas a la vez. Temo volver a caer en el drama y decirte, "...sin ti estoy perdido", y que no me respondas.

Tenía la garganta seca, no sé si fruto del ambiente nocturno, o simplemente del miedo a lo que me estaba enfrentando. En la cocina, mientras tanteaba en busca de un vaso, escuchaba ruidos conocidos que asentaban mi conciencia. El vaso bajo el agua fría se dilató, la mano lo sintió, quizá por eso lo sujeté con más fuerza, demasiada. El vaso explotó hecho añicos a la vez que la sangre se mezclaba con el agua en la palma de la mano.

Llovería esa noche también sobre otros paisajes, haría desaparecer huellas, refrescaría tumbas ya olvidadas. Estúpido error. Sabía mejor que nadie que aún era posible elegir campos de batalla mejores que éste.

Me dejaste sin una respuesta en los labios, con la luna riéndose de mí con su doble reflejo pálido. Y me pregunté cómo era posible que una boca de mujer sonriese burlona y tierna al mismo tiempo, tan desvergonzada y tímida, y tan cercana.

Y en el momento que iba a abrir la mía, dispuesto a decir algo que todavía ignoraba, un reloj cercano dio tres campanadas. Alcé una mano hacía su rostro -la mano herida-, pero tuve el dominio suficiente para detenerla a medio camino.Entonces, incapaz de establecer si era decepción o alivio lo que sentía, desperté y vi que aquello tan sólo había sido un sueño.

Hay noches que son demasiado largas, y aquélla no había terminado.

La herida quizá no era tan profunda, ni mucho menos grande, pero el corte se localizaba entre el índice y el pulgar, en una zona aparatosa. Mientras acariciaba el pequeño rasguño en la oscuridad de la habitación, recordaba la imagen de un animal herido que se lame las heridas.

La única luz visible iluminaba en rojo mi rostro, la seguí con la vista hasta que sólo quedó el diminuto rastro empequeñeciéndose hasta desaparecer por completo. Viene en noches así con esta luna.

Me miró largamente en silencio. Parecía sorprendida. - Me pregunto de donde sacas esa maldita sangre fría.-

No pude por menos que echarme a reír quedo y bajito, -no es tan fría como crees, en este momento me tiemblan las manos.- Era cierto. Tenía que contenerme para no rodear con ellas su nuca, y atraerla hacia mí. Ella acercó una mano y la enlazó con los dedos, comprobando que el temblor era real. La mano estaba cálida y tibia, y como si fuera la primera vez, desasí la mano suavemente. El gesto me dolió como un golpe y me llegó el dolor hasta estallarme en el hombro.

Miró alternativamente la mano y mi cara, como desconcertada. Después se levantó despacio, sin decir palabra, evitando cuidadosamente siquiera rozarme. Supongo que me mordía los labios para no gemir de dolor.

“Sucede que el diablo es muy astuto, y que no es tan feo como dicen”. Recordé la cita, a la vez que forzaba la cansada memoria para recrear la imagen completa. Lo intenté de nuevo con la pertinaz voluntad del derrotado que todo lo ha perdido y sin embargo continua en su desesperado afán. Ya no estaba tan mal...................................

Y la imagen, la voz, el olor, acudieron de pronto; roto el dique donde aquello esperaba el momento de desbordarse. Y todo fue sólo ella, su media sonrisa en la penumbra, el reflejo de miel en los ojos oscuros, el olor tibio de su cercanía. Ella, desnuda en una noche calurosa, contraste sobre sábanas blancas y la luna filtrándose en rayas horizontales entre las persianas, con minúsculas gotas de sudor en la raíz del pelo negro, en el pubis oscuro, en las pestañas.........

Seguía haciendo mucho calor. Era casi la una de la madrugada cuando abrí la ducha y me desnudé. Repetir los mismos gestos, en un desesperado intento por tratar de recuperar algo de calma. Por un instante observé al extraño que me miraba con atención desde el otro lado del espejo. Delgado, de miembros fibrosos, el vientre plano, las caderas estrechas, los pectorales algo marcados, firmes, como la curva de los músculos en los hombros y en los brazos. Tenía buen aspecto aquel individuo silencioso. Y me pregunté, para qué diablos me servía aquel buen aspecto.

Pero en la culpa es mucho más el autor que su cómplice. Y has venido a buscarme, te he seguido, he hecho lo que has querido, te deseaba y te necesitaba. Me he entregado libremente, sabía a quien me entregaba y no puedo escudarme en la ignorancia.

-Me voy.-

-No quiero que te vayas, todavía.-

Con eso bastó. Brillaban sus ojos, y los incisivos parecían muy blancos despuntando en la boca entreabierta, y el collar de marfil era un trazo pálido al lado del cuello moreno en la penumbra. Separé los labios para emitir un suspiro largo y apagado, que pudo ser también un gemido infantil o una protesta.Hacía calor. Una persiana filtraba finas líneas de luz sobre el cuerpo moreno de una mujer desnuda.

Hubo un soplo de brisa, y la luna se deslizó sobre mis hombros como una cota de malla que cayese a mis pies.Por un segundo antes de enlazar los dedos en aquel cabello para escapar durante una noche, minúsculas gotas rojas en un inmenso amanecer, la sombra, el niño, el hombre, se volvieron todos al mismo tiempo para mirar arriba y atrás, para mirar en dirección a la ventana apenas iluminada, con el último afán de descifrar el terrible secreto de un cielo desprovisto de sentimientos.

P.S. Así ha quedado el relato finálmente. Aunque si os soy sincero, no me convence. El que es bueno es bueno y el que no, como yo, estudia derecho.

miércoles, 10 de enero de 2007

Un Opositor en vida (IV)

Me gustó mucho esta idea de plasmar por escrito de una manera sencilla rasgos de uno mismo. Espero que me permitas haberte copiado la idea de una manera tan descarada, pero es que llevo dos días rellenando cada categoría.

7 cosas que te gustaría hacer antes de morir:
- Viajar (tengo tantos sitios que uno a uno coparían los siete puestos).
- Volver a disfrutar haciendo teatro.
- Correr una maratón.
- Hacer a píe el camino de Santiago.
- Tener una familia con la que disfrutar la vida.
- Leer a hijos o hijas mios cuentos.
- No estar condenado a ser feliz, sino simplemente serlo.

7 cosas que más digo.
- bueno, vale.
- cuentame que ha pasado.
- es decir.
- joder tio.
- si es que.
- naaaaaaaaaaaaaaaaaa.

7 cosas que mejor hago.
- Escuchar a los demás (al menos eso dicen).
- Leer en poco tiempo.
- Dar la vuelta a las cosas.
- Mirar a la gente tras las mascaras en las que se ocultan.
- Dar masajes (eso también lo dicen).
- Soñar.
- Pasar desapercibido.

7 cosas que no sé hacer.
- Cantar.
- Decir aquello que siento, al menos en el momento adecuado.
- Contar chistes.
- El pino.
- Nadar a mariposa.
- Odiar.
- Dejar la mente en blanco.

7 cosas que me encantan.
- Mirar a la gente a la boca cuando me hablan.
- Pasear bajo la lluvía.
- Los planes repentinos.
- El chocolate.
- El arte en todas sus facetas.
- Aprender (y que alguien me enseñe).
- Una sonrisa o una mirada cómplice que no necesite de palabras.

7 cosas que detesto.
- Que me mientan.
- Que se utilice a las personas.
- El afán de superioridad.
- Que me llamen pesao, o peor, serlo.
- Que se llore sin motivo.
- La intolerancia y la incomprensión.
- Las medias tintas.

De nuevo, GRACIAS, resulta curioso y la vez dificil el ejercicio. Ciao, besos.

martes, 9 de enero de 2007

Un Opositor en vida (III)

"Lo intentó de nuevo, con pertinaz voluntad de derrotado que todo lo ha perdido y sin embargo continúa en su desesperado afán."

Quedan apenas un par de minutos para cambiar de día y todo sigue igual. Algunos dirán que lo he intentado todo (aunque es falso). Otros, que lo que tiene que ser será, y que es inutil luchar por cambiarlo (me temo que no creo tanto en el destino como para resignarme).

En definitiva creo que he perdido tantas oportunidades para cambiar las cosas que me siento estupido, ilógico, y cada vez que me miro al espejo las lagrimas de rabia afloran en mis ojos. Quisiera romper el espejo, hacerlo añicos, pero la escasa cordura que aún me gobierna me hace recapacitar sobre lo absurdo de ese acto. No soy el protagonista de una pelicula en blanco y negro que espera desesperadamente que lleguen los titulos de crédito.

Con ese prólogo, sólo puedo sentirme idiota; por tener que recordar la última vez , que me perdí en tu amor, por saborear unos besos que no volveré a tenerlos más, por seguirte por si acaso te marchabas ya, y tirar la escasa confianza en mi mismo que podía quedar.

Ha sido fácil perderlo todo en un momento. Óyelo......

No soy un niño.
No soy ese duende.
Ni soy luchador.
No debo ser tu camino.
No soy buen amante.
Desde luego no soy una flor, ni un trozo de pan.
Sólo soy, esa cara de idiota.

Grandes males requieren de grandes remedios, pero seamos sinceros, no puedo quejarme y llamar a la situación que me rodea "gran mal" es cuanto menos hiriente por no decir un insulto a la inteligencia. Por tanto, sí con cierto desencanto, pero con la tranquilidad que da una nueva perspectiva seguiré siendo esa vieja y parcheada piel del tambor en la que aún redoblan ecos de felicidad.

Algún día divagaré, si puedo, sobre la felicidad y sobre como algunos están condenados a ser felices, en vez de simplemente serlo. Yo desde mi pequeño reino olvidado, espero tras la bruma, otro tiempo, otro momento, tal vez simplemente otro lugar.

O nacemos y morirmos de acuerdo a un plan, o nacemos y morimos por accidente. Y sólo un loco envidiaría semejante secreto.

lunes, 8 de enero de 2007

Homenajes (III)

Hay momentos en la vida en que uno se pregunta que tipo casualidades pueden llegar a darse, y claro, todo tiende a superar con creces cualquier vano intento de imaginación. Al menos en mi humilde caso.

Sucede, que en mi más tierna infancia, hace ya mucho tiempo cursé estudios en dos centros de enseñanza que llevaban su nombre en honor de dos poetas hermanos, Antonio y Manuel Machado. Y claro, leíamos y estudiabamos ampliamente su poesía. La casualidad es recordar tanto tiempo después la que creo que es su Octava Soledades, que dice algo así:

Mándame tu retrato... Aquellos ojos
en éxtasis,que guardan,como lagos,
de los ocasos los vislumbres rojos
y de las noches los lugares magos.

Mándame tu retrato... La caricia
de tu cara de almendra,tu cabello,
de puro negro azul,y el dulce cuello
que inicia de inclinarse la delicia.

Mándame aquel retrato que en el fondo
tiene un jardín... Tiene el jardín soñado
para poner mi mano en tu cintura

y perdernos al lejos,en lo hondo
de un beso-como nunca se ha besado-,
por la senda sin fin de la ternura.

(Manuel Machado)
Tiempo, mucho tiempo después me lo han recordado. Y me han traído vientos ya olvidados, treinta rostros casi desconocidos, y una ternura que nunca reconoceré en público. Gracias.

Sucede que el diablo es muy astuto. Sucede que no es tan feo como dicen.

domingo, 7 de enero de 2007

In Nomine Ipso Recreor (III)

Estuve en Lisboa menos de cincuenta minutos; el tiempo justo para ir de la estación de Santa Apolonia a la del Rossío. Hora y media más tarde pisaba el andén de Sintra bajo un cielo de nubes bajas que difuminaban, monte arriba, las melancólicas torres grises del Castillo Da Pena. No había taxis a la vista, por lo que subí andando hasta el pequeño hotel que había reservado frente a las dos grandes chimeneas del Palacio Nacional. Eran las diez de la mañana de un jueves y la explanada estaba libre de turistas y autocares.

La habitación tenía unas vistas al paisaje quebrado, espeso y verde, donde despuntaban tejados y torres de las viejas quintas, entre jardines centenarios cubiertos de hiedra.

Después de la ducha y un café, pregunté por la famosa Quinta da Soledade, y la encargada del hotel me indicó el camino en un pequeño mapa turístico. Eché a andar por el camino, carretera arriba, no se cuanto tiempo pasó, tan sólo me parecieron minutos cuando me atravesando los encajes de piedra neomanuelinos de la Torre de Regaleira. Muros umbríos, canalillos y fuentes por donde corría el agua, hiedra espesa cubriendo las paredes, rejas troncos de árboles, escaleras de piedra tapizadas de musgo y restos de antiguos azulejos de las quintas abandonadas.

La Quinta Da Soledade es un edificio rectangular del siglo XVIII, con cuatro chimeneas. A uno y otro lado de la entrada sobre unas columnas de granito hay dos estatuas de piedra verdegris, enmohecía. Una representaba un busto de mujer, la otra parecía idéntica, pero de facciones ocultas bajo la hiedra que trepaba hasta ella, como un inquietante parásito que se hubiera adueñado del rostro, fundiéndose con los rasgos moldeados debajo.

Al caminar hacía la casa escuchaba el sonido de mis pasos sobre las hojas muertas, a través de un sendero flanqueado por estatuas de mármol, casi todas caídas y rotas junto a los pedestales vacíos. A la izquierda junto a un estanque lleno de plantas acuáticas, una fuente de azulejos rotos cobijaba a un angelote mofletudo de ojos vacíos y manos mutiladas, que dormía con la cabeza sobre un libro y de cuya boca entreabierta manaba un hilillo de agua.

La Quinta Da Soledade, sí, el nombre era adecuado.

Entonces escuché la música, ascendí por una escalera de piedra hasta la puerta, levanté la vista y entre mi cabeza y el cielo gris, un antiguo reloj de sol no marcaba hora alguna en sus cifras romanas. No pude evitar sonreír mientras traducía la leyenda que lo presidía: Omnes vulnerant, postuma necat.

Nada mejor para acompañar la letra de la canción.

Fui bailar no meu batel
Além do mar cruel
E o mar bramindo
Diz que eu fui roubar
A luz sem par
Do teu olhar tão lindo
Vem saber se o mar terá razão
Vem ver bailar meu coração
Se eu bailar no meu batel
Não vou ao mar cruel
E nem lhe digo aonde eu fui cantar
Sorrir, bailar, viver, sonhar contigo


P.S. A todas as meninas que eu quero, e àquela agora aprecíam Portugal. Desde que eu nunca fui, você traz essa mágica de Sintra para mim. Um beijo, contudo minha afeição.

jueves, 4 de enero de 2007

12 Historias para una Noche (II)

La cabeza parecía que iba a estallarle. La experiencia no había merecido la pena, definitivamente.

Dejó la pipa de cerámica sobre la mesita de noche y se dispuso a dormir. Notó como algunas bolitas de droga se desparramaban por el suelo. Sudaba, fríamente, mientras se repetía que no necesitaba de aquellas porquerías para escribir. ¡Maldita María!¡Malditas recomendaciones!.
Hasta aquella precisa noche no había necesitado de estímulos para suscitar su creatividad, y mientras cerraba los párpados se juró que no volvería a probarlo.

Se despertó sobresaltado, sin saber a ciencia cierta que hora era. Tampoco importaba. Lo que le envolvía no era otra cosa que una espesa sensación de frialdad y húmedo alejamiento. Seguía sudando, pero esta vez tardó un buen rato en percibir lo viscoso de la secreción de su cuerpo. Alargó la mano para localizar el interruptor de la lampara y no la encontró. Tanteó de nuevo, y nada. Se irguió, pesadamente, como si cada uno de sus huesos hubiera desaparecido y sólo la enorme presión que ejercía su mente sobre su cuerpo, fuera suficiente como para que el movimiento tuviera lugar al fin.

Tropezó con algo que no supo concretar y su cabeza se perdió entre la vaga sensación de tranquilidad que la embargaba y la sensación de extrañeza que le dominaba, mientras caía al suelo. Se arrastró lentamente mientras buscaba algo reconocible a lo que agarrarse. En el fondo, no lo necesitaba.

Lo intentó de nuevo, con pertinaz voluntad de derrotado que todo lo ha perdido y sin embargo continúa en su desesperado afán.

En el fondo seguía sin necesitarlo.Localizó una forma esférica de liso tacto y trató de palpar con sus dedos...¡¡¡¡SUS DEDOS!!! ¿Donde estaban sus dedos?. Sentía, pero lo que sentía no tenía nada que ver con lo que había sentido hacía apenas unas horas. En realidad el miedo primero se dispersó por entre las infinitas conexiones simpáticas de su cerebro y se perdió definitivamente en el corriente saguineo de miríadas de vasos capilares que nutrían de fluido su cabeza.

En el fondo esto tampoco importaba. En realidad ya nada importaba salvo la fuerza que la obligaba a levantarse. Se alzó del suelo frío y sintió la tibieza del ambiente. Por un momento pensó que estaba soñando, que todo era fruto de la ingesta de aquel hongo panameño que le diera una mujer llamada María, poco antes de que hiciera el amor con ella. Soñar que se sueña suele ser una buena terapia frente a la apatía que produce la indigencia de ideas y la sequía de emociones. Para ser sincero, aquello tampoco importaba.

La oscuridad se disipaba lentamente en su cerebro y pronto se hizo la claridad de un universo que se tornaba cambiante según se mirara. Se mareó un poco, en realidad no demasiado y en el movimiento que ella misma se produjo tuvo la estúpida elocuencia motriz de un insecto ante el peligro. Tampoco importaba mucho.

Algo se movió delante. Lo notó todo su cuerpo. Como una pequeña señal eléctrica que le recorrió de punta a punta y que le produjo la primera alegría de la noche. Ahora todo importaba, el más mínimo sonido importaba, la más pequeña de las sensaciones importaba. Movió su boca con avidez y se quedó quieta mientras esperaba otra señal. Al fondo, en el surco negro que diferenciaba el zócalo del suelo la percibió. Y se sintió alterada pero espectante.

Sobre la cama el cuerpo inerte de un hombre joven entre las sábanas. Su cara distorsionada por un profundo dolor, ya pasado, estaba quieto. El pecho inerte y los miembros desmadejados, ya sin vida.

En el suelo, y sorteando los restos esféricos de la droga, una araña, pequeña y peluda, recorre la habitación a velocidad vertiginosa en pos del rastro de una cucaracha que trata de escapar al abrigo del zócalo de la habitación.

Estúpida pérdida de tiempo. Lo que ha de ser será y nada puede evitarlo.

martes, 2 de enero de 2007

Homenajes (II)

Hoy he tenido la suerte de ponerme en contacto con Alberto, una estupenda persona, y gran actor de teatro, gracias a él disfruté de una de las mejores obras de teatro que jamás se han ejecutado. Por él, por Cirano, y por todos aquellos que se sienta identificados con el soneto.

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso,

no hallar, fuera del bien, centro y reposo;
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso.

Huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño:
esto es amor. Quien lo probó lo sabe.

lunes, 1 de enero de 2007

In Nomine Ipso Recreor (II)

Bajo el tránsito de la aparente dualidad, la lluvia de enero despierta el vacío de mi cuarto. Y los lamentos de la soledad aún se prolongan. Como un extranjero no siento las ataduras del sentimiento, y me iré de esta ciudad, esperando un nuevo despertar.

En un juzgado de Madrid, ignoro cuál, decenas y decenas de cartas de amor escritas por mi mano con pulso infantil, duermen un sueño que no llegó a su climax. . .es decir, el punto en el cual. . .(esperad que consulte el diccionario, que ya no me acuerdo; es que esto es como los idiomas, si no los practicas se te olvidan). Aquí está: CLIMAX, punto culminante de una gradación o proceso.

Dicho así normal que se cabreara conmigo y me mandara a la mierda.Fue un acto poético, o al menos trató de serlo. Quien quiera saber en qué consiste eso que lea a Jodorowsky.

Fue en enero cuando di por segunda vez con mis huesos en la cárcel puesto que ya había superado la mayoría de edad, con la cifra de veintiún primaveras o, en mi caso, otoños.

Tenía novia o mejor dicho, acababa de tenerla, porque ya -tras dos años de relaciones- nos habíamos dejado, pero todo volvió a empezar a raíz de mi encarcelamiento. Allí separados por dos frentes de barrotes y por noventa centímetros de aire, intentábamos descifrar lo que nos decíamos a grito pelado para apagar o sobrepasar así el tremendo y no menos pelado griterío de los demás reclusos, y de sus respectivos deudos, que también, que diablos tenían su corazoncito.

Llegaba -mi novia- una y otra vez envuelta en lágrimas, acusándome de no quererla y reprochándome lo que era para todos evidente: que si yo volvía a darle cancha no era tanto por amor cuanto porque estaba en el lugar en el que estaba y me agarraba a un clavo ardiendo para salir, con la imaginación, de ella.

Evidente,sí, para todos, pero no para mi persona. Yo me negaba a admitirlo, y argüía, y reargüía, que no, que la quería de verdad, que estaba profundamente enamorado, que bebía los vientos por ella y ... Ya se sabe, lo de siempre, pues no hay e el amor palabras que a estas alturas de la historia universal sean originales.

Era el amor perfecto, cristalino y cristalizado, stendhaliano, tal y como lo había descrito Ortega en sus célebres estudios. No había por tanto, posibilidad de roces, de riñas, de desentendimientos. Las miserias de la vida cotidiana no podían alcanzarnos. Aéreos, sutiles, impalpables vivíamos permanentemente arropados por nuestros sueños.

Mi novia, sin embargo, seguía viniendo envuelta en lágrimas, y yo un buen día, queriendo consolarla, seguro de amarla y decidido a convencerla de ese amor, le dije que la quería, que la quería tanto que estaba dispuesto a casarme con ella. Nunca lo hubiese hecho, pero me cogió la palabra al vuelo, en su literalidad y no en su intención metafórica. En un momento de exaltación ebrio de romanticismo, eso es lo que me sucedió a mí. Y a ella.

Hubo, en el ínterin, y antes y después de la parida nupcial un copioso anecdotario, pero no me quedan ganas. Dejémoslo para otras páginas.

Tal vez, no todo fuera así, quizá de seguir su curso las cosas hoy estaría escribiendo estas líneas al más propio estilo de comedia romántica de Tom Hanks y Meg Ryan. Tal vez hoy estaría
dedicando mi tiempo a mi hijo. Y a su madre.