domingo, 1 de julio de 2007

Enigmas

Muchos sabéis de mi pasión por la historia. Devoro todo tipo de libros con alguna referencia histórica que caen en mis manos y los critico con saña cuando son meras patrañas con pretensiones, al igual que elevo a categoría de libro de cabecera los que respetan el devenir histórico.

Hace unos días leí por encima un artículo en una revista reputada sobre una época y un tema que me gustan, ni que decir tiene que en mi sana ignorancia, no estoy de acuerdo con algunos de los postulados en los que luego desarrollaba su teoría (no por eso menos interesante). Por ello he querido rebuscar en los rincones de mi memoria alguna cosilla que escribir al respecto. El tema versaba sobre los depósitos de armas y tesoros y su relación con el personaje de Nimue (o Viviane, aunque ya por este paralelismo algunos criticarían el tema). Para ello voy a relatar un par de episodios de la historia curiosos.

El primero es el del caudillo Breno, que no tenía otra cosa que hacer que derrotar a los romanos en Alia (y saquear a placer la ciudad). Senadores muertos en los escaños del Senado, el foro capitolino arrasado y muerte por doquier. . . . ahora bien se llevó un gran botín, y preciadas armas romanas (de mayor calidad que las armas galas). Después invadió Grecia (Macedonia y Tesalia), éste, si derrotó a los griegos en las Termópilas y arrasó los santuarios de la zona (el de Delfos se salvó por intervención divina). Finalmente creó un reino en la actual Turquía (el de los "galatas"), si bien a su muerte, llevaron su cadáver y sus tesoros (armas fabulosas incluidas) al lugar de donde partió todo, Tolosa (no la de España, sino la actual Tolousse francesa). Aquellos que hayan leído diferentes versiones de los mitos artúricos, sabrán de la importancia de la ciudad, su relación con el pueblo occitano (en especial un tal Lanzarote, o posteriormente el afamado Amadís). Lo curioso es que todo ello, cadáver y ornamentos funerarios fueron depositados en un lago, curiosamente en uno consagrado a Herakles.

Actualmente debería haber toneladas de oro y plata en el lecho del lago (¿quien se apunta a una escapada para hacer submarinismo?)

Otra historia es la de un tal Atila, que curiosamente también le dio sopas con hondas a los romanos en los campos Cataláunicos. Se internó en Francia ( llegando hasta la altura de Orleans, no se sabe muy bien porqué, ¿tendrá relación con el lugar donde se encontraban los restos de Breno?). Déspota, despiadado, y sanguinario fueron los apelativos que le acompañaron. Cuando se retiró a disfrutar de los parabienes de su victoria se cuenta que una noche de bodas demasiado "movida" supuso el fin de sus días. 3000 esclavos cambiaron el curso del Danubio, para enterrar en su lecho el cuerpo, las armas, y sus tesoros, y posteriormente devolvieron el río a su cauce original tras lo cual todos esos esclavos fueron degollados. Hoy en día tres países dedican una breve campaña arqueológica a rastrear el fondo del río a su paso por sus respectivos territorios.

Hay más ejemplos, pero no quiero aburrir (con este rato de pedantería ya es suficiente).

1 comentario:

Endakil dijo...

Breno murió durante la batalla del río Esperqueo o se suicidó antes pero, en todo caso, no cruzó a Asia con quienes serían los gálatas.

Los que regresaron a Tolosa fueron otra de las tribus galas que se asentaron en Peonia durante la campaña de Grecia.

Por cierto, Breno no derrotó a los griegos en Termópilas. O no exactamente, ya que la flota ateniense evacuó al ejército aliado antes de que el ejército celta consiguiese envolverlos.